Lo quería, lo admiraba, me atraía y él ajeno a todo, pensando que lo
veía como un simple amigo. Una angustia se apoderaba de mí a la hora de
ser realista, porque sabía que nunca lo conseguiría, sentía impotencia,
desconsuelo. Pero cuando me hacía ilusiones era la mujer más feliz del
mundo, porque a veces veía esperanza, porque una sola sonrisa me
ilusionaba.
Lo veía inalcanzable, para mí él era perfecto: guapo,
inteligente, simpático... Sus ojos tristes me decían tanto… su pelo
revuelto me incitaba a enredar mis dedos, sus labios carnosos…
morderlos me parecía poco. Y luego estaba su forma de ser, sí, era un
chico atípico pero eso era lo que más me atraía, no sé explicar, no
cuento con palabras…
No me quedó por cumplir fantasía alguna, en mi
imaginación, aquella que antes volaba, fui suya cada noche, me perdía
entre sus sábanas blancas… Pero luego despertaba y él allí no estaba,
entonces, al ver su ausencia en mi cama vacía, la tristeza volvía.
Un
día me lo dijeron, todo aquello fue un sueño. Yo no quise creerlo, él
existía, yo lo había deseado, yo lo deseaba. "Fruto de tu imaginación, un
espectro nada más". Enloquecí, era imposible, intenté recordar alguno de
sus abrazos. Hurgué en mi memoria y entonces supe que decían la verdad,
fruto de mi imaginación, un juego y nada más. Las noches imaginadas ya
no estaban allí, ya ni siquiera contaba con eso, ahora todo era
imposible, ahora él ya nunca me pertenecería. Todo empezó en un sueño,
donde él apareció y desde entonces yo en mi vida lo introduje, lo fui
haciendo real hasta llegar a creer que él existía de verdad. Llegó el
momento y desapareció, me lo dijeron, me dijeron que no existía. Pero
qué más daba lo que dijeran, para mí sí que existía. Y ahora, sola entre
cuatro paredes blancas acolchadas, él es mi única compañía.
No creía que iba a acabar así ._. El principio me recuerda a cómo me sentía muchas veces xD
ResponderEliminarGracias por leer^^
ResponderEliminar