miércoles, 14 de noviembre de 2012

Muere, pequeña

Por mis labios corrieron tus lágrimas…
Dulce amargura… triste dulzura…
Sangre de tu oscura soledad
Que me ata y encadena a la locura.

Dime, mujer melancólica,
Por qué es tan grato tu silencio
Si a la vez tiemblo y muero
Al oír tu risa diabólica.

Dame tu mano, por favor,
Ven conmigo a este rincón
Porque me estoy muriendo
Porque te veo y muero.

Y ahora baila,
Baila conmigo al compás
Al compás que entona la muerte,
De la que no escaparás.

Vamos, damisela,
Dame tu mano y danza.
Muere mirándome a la cara.
No aguanto más la espera.

Deja de reír y muere,
Deja de llorar y sufre.
Vete, deja de herirme.
Calla, no entones palabras…

Tu sangre y tus lágrimas saladas,
Mi corazón y mis manos frías.
Yo ya no sufro, yo bailo.
Tú bailas y agonizas.

Miro tu muerte con frialdad,
Ya nunca más me herirás.
Sangre cálida y vital,
Cae por mis manos y se va tu dignidad.

El último beso,
Aquél que moje mis labios,
La última sonrisa,
Aquella que evoque mi llanto…




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